Aplicaciones del Nanopore

Recientemente he visto en varios medios, sobre todo  prensa escrita, varias noticias sobre este dispositivo, algunas no tan ciertas.

Es verdad que es un buen dispositivo, pero no es cierto que sea una revolución del momento. Hace ya bastante tiempo que está en el mercado comercializado por diferentes casas (éste en concreto por SESDERMA), existen otros similares con otros nombres propios.

Básicamente consisten en un terminal conectado a un dispositivo eléctrico que  regula profundidad, velocidad, etc, y que por el otro extremo final lleva acopladas unas agujitas minúsculas  que son las responsables directas del beneficio que se produce en la piel. A saber, es un doble efecto mecánico y químico.

Mecánico porque estas agujas penetran en la epidermis y provocan un daño que estimula la síntesis de colágeno y elastina, muy necesarias para mantener un adecuado grosor y  calidad de las capas cutáneas. Con la edad, estos componentes se sintetizan en menor cuantía por el propio organismo, de forma que la piel se  adelgaza, pierde consistencia, se “deja” agredir más fácilmente por los factores medioambientales y, en definitiva, envejece. Al aplicar este tratamiento ayudamos a revertir este envejecimiento natural, y retrasamos y mantenemos la piel más joven de lo que le correspondería por edad cronológica.

Pero además se produce al mismo tiempo un efecto químico permitiendo que a través de estos minúsculos pinchazos puedan entrar directamente al interior de la piel sustancias como ácido hialurónico, vitamina C, factores de crecimiento, minerales, etc. Estas sustancias nos las podemos poner en forma de crema hidratante, pero se absorben en una mínima proporción, aunque sean liposomadas, que son las que más penetran por su menor tamaño, nunca se introducen directamente al interior como ocurre con el NANOPORE, a través de pequeñísimas heridas en la piel que producen estas agujitas. No os asustéis con el término “herida”, a los cinco minutos  de la aplicación todos los poros están cerrados, es una  forma “gráfica”  de explicarlo. Por tanto, al mismo tiempo que fortalecemos la piel obligándola a trabajar ( síntesis de sus componentes colágeno, elastina….), la hidratamos y le proporcionamos alimento (vitamina C, factores de crecimiento….).

No requiere  ninguna preparación previa ni  reposo posterior. La paciente se lo hace y se va a trabajar, eso sí, con enrojecimiento cutáneo. Debe protegerse del sol mientras dure este eritema, y puede maquillarse para ocultar cualquier rastro de tratamiento.

Está indicado en cualquier tipo de piel. Es muy recomendado en pieles con secuelas acneicas o con pequeñas irregularidades cicatriciales. En este caso serán necesarias varias sesiones, que se pueden repetir cada 20-30 días ( período mínimo de regeneración cutánea). No aconsejo su utilización en los meses  de máxima exposición solar, factor a tener muy en cuenta en nuestra zona geográfica.

Combinado con una hidratación cutánea desde el interior con rellenos de ácido hialurónico ( ver Volite, skin-booster) al menos 2-3 veces al año, y algún peeling exfoliante,  los resultados son espectaculares. Estamos hablando de lucir una buena piel, lo más uniforme posible,  con luminosidad, no de corregir descolgamientos o pérdidas de volumen donde sólo la cirugía u otros tipos de relleno pueden ayudar. No debemos olvidar la protección solar diaria, verano e invierno.